Bruselas elige a España para liderar un proyecto piloto que acelere la unión aduanera
La Agencia Tributaria ensaya un sistema que simplifica y abarata los trámites, que estará en vigor el 1 de enero de 2024.
El déficit comercial de España, la diferencia negativa entre las exportaciones y las importaciones, se ha multiplicado por cuatro en los diez primeros meses del año hasta alcanzar los 60.289 millones de euros por el repunte de las importaciones, ligado al alza de precios de la energía y de las materias primas, productos de los que las empresas españolas dependen del exterior y que ahora tienen que comprar más caros especialmente desde el estallido de la invasión rusa en Ucrania a partir de marzo de 2022.
La tasa de cobertura del comercio exterior en España mide el porcentaje de las exportaciones que pueden pagarse con las importaciones registradas en el mismo período de tiempo. España siempre ha acumulado déficit comercial y por lo tanto nunca ha tenido un saldo positivo. Entre enero y octubre, la tasa apenas llegó al 84,3% de las importaciones (cinco puntos menos que en el mismo período de 2019), lo que obliga a las empresas a elevar su presupuesto para a aprovisionarse de bienes comprados muchos de ellos fuera de la Unión Europea.
Un patrón que se repite en otros países de la Unión Europea, con la excepción de Alemania, Países Bajos, Bélgica e Italia, que tradicionalmente han tenido superávit comercial por la capacidad exportadora de la industria, lo que ha llevado al Ejecutivo comunitario a impulsar el denominado despacho centralizado europeo, un sistema que persigue abaratar los costes de las empresas que compran bienes fuera del espacio económico europeo a través de dos vías: simplificando los trámites y evitando que tengan que contar con un representante, con los costes aduaneros que lleva aparejados, en cada uno de los países por los que atraviesa la mercancía.
Y en la puesta a punto de este programa, que estará plenamente operativo el próximo 1 de enero de 2024, jugará un papel fundamental la Agencia Tributaria, que ha sido escogida por la Unión Europa para liderar y desarrollar un programa piloto que servirá de guía al resto de administraciones europeas a la hora de implementar ese sistema.
Bases interconectadas
Eva Pedruelo, jefa de la Oficina Nacional de Gestión de Aduanas e Impuestos Especiales de la Agencia Tributaria, expone con un ejemplo el complejo laberinto administrativo que tienen que sortear las empresas españolas para comprar bienes de fuera de la UE. "Si una compañía importa una mercancía desde Turquía para llevarla a España y la introduce en Europa por un puerto en Grecia, deberá realizar formalidades aduaneras allí, por ser el primer país al que llega, y en España. Si el país de destino final de la mercancía no es España y es Alemania, deberá realizar esos trámites en las aduanas de España, Alemania y Grecia", recalca.
Cuando el nuevo sistema este implementado, solo habrá que realizar un trámite, siguiendo el anterior ejemplo, en el puerto de Grecia, donde la aduana local recibirá toda la información a través de la española, que a su vez facilitará los mismos datos al resto de países interconectados. Así sucedió en el primer envío a través del nuevo sistema, realizado el pasado 3 de noviembre. "Una vez recibida a priori la información necesaria de la empresa importadora, la aduana española comunicó instantáneamente a la aduana del primer país europeo de entrada el permiso para la introducción de las mercancías en el mercado europeo, de forma que el transporte pudo seguir su ruta a España sin dilaciones", asegura Pedruelo.
Entre las ventajas para las compañías importadoras destaca el importante ahorro económico que supone tener que dejar de disponer de un representante aduanero en cada uno de los países por los que transcurra la mercancía importada, más aún teniendo cuenta que una parte sustancial de las empresas que compran bienes a terceros países son pequeñas y medianas. Al menor gasto se une también el de tiempo al suprimirse la realización de decenas de trámites en las aduanas.
La responsable de la Agencia Tributaria destaca que una vez que el despacho centralizado europeo se active en todos los países miembros, las empresas que compren mercancias de fuera de la Unión Europea podrán beneficiarse de la interconexión de las bases de datos de las aduanas y así olvidarse de aportar información en cada país de tránsito. "El 1 de enero de 2024 es el plazo marcado para las importaciones de fuera de la UE y esperamos que en 2025 también pueda estar disponible el sistema para las exportaciones", asegura Pedruelo, que recalca que el principal objetivo que propugna la Comisión Europea es la simplificación y agilización de los trámites comerciales. "El despacho europeo centralizado permitirá funcionar como un verdadero mercado aduanero. España y Francia vamos a ser las grandes locomotoras del proyecto".
Fuente: Cinco Días
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